viernes, 6 de julio de 2012

Carlos Castresana

(Madrid, 1957) es un hombre valiente. Lo ha demostrado repetidas veces a la hora de asumir casos o aceptar puestos de alto riesgo. Ninguno como el que ocupa en la actualidad. Comisionado de la ONU contra la impunidad en Guatemala, un puesto en sintonía con los tribunales internacionales de los últimos años.


El País destaca que Castresana es el primer jefe de este organismo (CICIG), creado el 1 de agosto de 2007. Como fiscal ya vivió situaciones de riesgo en Monterrey (México), en su anterior puesto al frente de la Oficina Antidrogas de Naciones Unidas. Pero su nombre salió a la luz pública mucho antes, en 1996, al presentar una denuncia firmada por la Unión Progresista de Fiscales contra Augusto Pinochet, amparándose en los principios de Núremberg.

Castresana, por su parte, dijo sentirse honrado de compartir el espacio con líderes como la colombiana Ingrid Betancour.

"Es un reconocimiento por la importancia de la tarea que me fue encomendada, más que a mi persona. Supone un compromiso con los guatemaltecos y la comunidad internacional", indicó el jefe de la CICIG. 

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